Desastre en el Itata
El miércoles pasado Pedro y su familia compuesta por, María la hija menor, Laura la hija mayor, Carlos el hijo menor y Magdalena la esposa. Se iban a ir de vacaciones a concepción, el día antes del viaje Laura y María estaban peleando por quien iba a llevar la blusa azul que se habían comprado el mes pasado. Magdalena al darse cuenta de eso las separo, luego de eso arreglo el conflicto entre las hermanas.
Al tener todo el equipaje
listo, los 5 se fueron a dormir para al día siguiente viajar todo el día para
llegar a concepción, a la casa de la madre de Magdalena, donde se quedarían por
dos semanas.
Al día siguiente, se escucha
el grito de Pedro, diciendo - ¡Deben subir todos al auto! – cada uno con sus maletas
debido a que estaban atrasados para llegar a concepción.
Cuando pedro y su familia iban
cerca de Santiago, se dieron cuenta de que los frenos estaban totalmente
desgastados y deberían tener cuidado con eso y manejar más lento, con precaución.
Cuando iban camino a concepción,
cerca de Rancagua a la altura de Ralco, quisieron todos bajar a comprar algo
para comer ya que tenían mucha hambre. Al parar en un pronto Copec, pedro fue
al baño mientras Laura, María y Carlos lo esperaban en el sector de los dulces,
Magdalena estaba pidiendo un pan en el mesón de los almuerzos. Cuando llegó
Pedro a reunirse con su familia María, Laura y Carlos se acercaron con las
manos llenas de dulces pidiendo si se los podían comprar, Pedro dijo - ¡niños
no tantos dulces tienen que escoger uno cada uno-.
Magdalena llego con un pan con
palta, tomate, mayonesa y una hamburguesa de carne. Pedro se compró un charqui,
una bebida y un dulce, los niños se llevaron un dulce cada uno y partieron de
nuevo con su viaje, con bastante prisa ya que esta parada los retraso aún más
de lo que estaban, apretó el acelerador y partió otra vez en marcha.
Eran casi las 19:00 horas,
cuando llegando al kilómetro 41 de la ruta Itata, Pedro se quejó de sueño,
debido a que la noche anterior se quedó ordenando su equipaje hasta muy tarde. Su
familia al darse cuenta de esto le dijeron que parara a descansar, pero la
respuesta de esto fue. -No, estoy bien, si paramos vamos a llegar
tarde-. Los cuatro se miraron y se vieron obligados a seguir.
Las autoridades siguen en
busca de cuerpos y detalles del accidente, me parece que este tipo de accidentes
se pueden evitar renovando la revisión técnica de los propios vehículos,
mantener los límites de velocidad finalmente nunca manejar con sueño.
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