miércoles, 5 de abril de 2017

El pícaro Carlos y su amo



En un pueblo lejano al sur de Santiago de Chile, vivía un niño bandido y muy pícaro, el cual no era soportado por los demás habitantes del pueblo. Y ese soy yo, Carlos Pinto. Tengo 11 años, nací en este pueblo, mi madre y mi padre eran chilenos, mi padre nació en Temuco y mi madre nació acá. Desde los 7 años vivo solo, ya que lamentablemente mis padres fallecieron en un accidente.

Desde ese entonces me he tenido que ganar la vida por mi propia cuenta, a veces de manera honrada y a veces he sido un tanto tramposo, pero aun así no me alcanza para sobrevivir, debes en cuando, de tanta hambre que tengo he tenido que ir a robar a algunas casas o tiendas del lugar. Por lo cual, el mes pasado fui en busca de un amo, para poder ganar algo de dinero y poder comprar algo de alimento y algo de ropa. Sé que algunos amos son malvados y un tanto agresivos, pero yo tengo fe en que me tocara uno bueno.

Fui en busca de un amo, y para esto dejé pegado en algunos de los postes del lugar, que necesitaba un amo y mi dirección.
Estaba durmiendo en mi caja de cartón, cuando de pronto llega un hombre de traje, y me dice

-hola soy Jorge, leí tu cartel que decía que buscabas amo. -

Y yo respondí – si es cierto llevo años buscando uno. -

El responde – hoy es tu día de suerte, porque yo ando en busca de un sirviente y si aceptas puedes partir ahora con el trabajo. -

Yo lo mire y sin pensarlo acepte.
Me dijo que lo siguiera, y que envés de dormir en una caja de cartón el me podría hacer dormir en una cama cómoda y cálida.

Al llegar a su casa se podía observar un gran portón de metal negro, el amo presiono un botón y este comenzó a abrirse lentamente, al observar más adentro se veía una gran mansión con dos grandes guardias en la puerta principal. Al entrar finalmente a la casa me envío a una habitación en el techo. La cual tenía una cama, un escritorio y una silla. Me dijo que me acomodara y que después bajara a cenar.

Estaba ordenando lo que tengo de pertenencias, ósea mi abrigo y un pedazo de pan que tenía hace dos semanas. Cuando de pronto escuché una campana, comencé a bajar lentamente las largas escaleras de la gran mansión. Al llegar a la cocina, pude observar una anciana que al parecer estaba preparando la cena, en el momento sentí mucho miedo, pero después supe que tenía que aceptarla y conocerlas. Por lo tanto, me acerque y la salude, me quede observando por un largo rato la olla que parecía un tanto rara. Era tanta la curiosidad que fui y le pregunté que era,

 me respondió – Son ojos de perro, con hígado de niños. -

Al escuchar esto me impacto, sin pensarlo corrí hacia mi habitación y me escondí hasta la mañana siguiente.

Cuando desperté, estaba muy agradecido por haber tenido la oportunidad de dormir cómodamente en una cama, no me quería ni siquiera levantar. Al intentar volver a dormir, escuche un grito de mi amo que me llamaba. Me vestí rápidamente con la misma ropa del día anterior y somnoliento baje donde mi amo, cuando baje mi amo me metió en su oficina y me dijo que me tenía que decir un par de reglas de la casa, me dijo.

-Primero, tienes que tratarme como “señor”. -

-En segundo lugar, tienes que comer todo lo que se te sirva en esta casa, ya que supe que la comida de ayer maría la tuvo que botar. –

-Y por último, nunca se te ocurra abrir la puerta roja del pasillo de abajo de la escala. –

-Si cumples estas simples tres reglas toda ira bien usted seguirá con vida, yo más feliz y podrá quedarse acá sin problemas. –

Yo acepte, pero con curiosidad sobre lo que dijo de la puerta. Al finalizar la charla me dijo que esta tarde tendría que salir por el trabajo, y si me podría quedar cuidando la casa de los mafiosos del barrio, yo otra vez quede sorprendido sobre lo de los mafiosos, pero aun así acepte.

Al cabo de una hora, mi amo finalmente salió en su auto, y yo me quede completamente solo en la gran mansión, reflexionando sobre todos los misterios de la casa primero lo de la olla y la anciana, después lo de la puerta del pasillo, los mafiosos del barrio y ahora las salidas extrañas de mi amo. En ese momento supe que algo raro pasaba.
Estaba ordenando el pasillo cuando de pronto escucho un grito atrás en el patio, fui en busca de un bate y comencé lentamente a caminar hacia afuera, cuando llegué todo seguía igual, en orden. Volví al pasillo y observé la puerta roja que dijo mi amo que no abriera y al ver bien vi que estaba entreabierta, por lo cual la fui a abrir. Al pensar que no había nadie, nadie se daría cuenta de que la abriría, fui y la abrí cuando mire hacia adentro, era espeluznante lo que vi un montón de cuerpos humanos colgados y estaba el cuerpo de la anciana muerta en el piso y un cuchillo enterrado en su ojo.

Al ver esta escena me quede paralizado mirando, y al pasar un par de minutos escuche que llego devuelta mi amo, baje desesperado para contarle la situación, pero al llegar abajo mi amo me estaba apuntando con un arma, me agache y me escondí detrás de la puerta, al ver que me encontró y ahora me perseguía, Salí corriendo por la puerta trasera de la casa y fui en busca de ayuda.

A media cuadra me encontré con una patrulla y le dije que fuera a esa casa y se lo llevaran preso, pero al contarle la historia no me creyeron. Y tuve que correr a alguna comisaria cercana, cuando llegue a una cercana deje el aviso y hasta el día de hoy no volví a escuchar sobre este hombre.


Y de mi parte yo, tuve que volver a vivir a la calle y nunca más pensé sobre buscar un amo, mejor vivir en mal estado que con un amo que casi me asesina, yo me quedo bien con mi calle.